¿Recuperamos
YPF?
PSTU Nacional
diciembre 2.014
El debate público que generó el conocimiento de
algunas cláusulas secretas del acuerdo YPF-Chevron dejaron al descubierto las
mentiras de los inflamados discursos soberanos del Gobierno Nacional. Las
grandes campañas de La Cámpora o la JP que invadieron los espacios públicos con
afiches acerca de la recuperación de YPF se deshacen al calor de las últimas
noticias y las propias declaraciones de los funcionarios públicos. Desde los
altos cargos nacionales, para justificar el acuerdo, asumen que YPF es una “sociedad
anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York”, para Capitanich y Galuccio no
hay cláusulas secretas sino confidencialidad entre empresas privadas.
Cuando se inició el proceso de expropiación del 51% de las acciones de la petrolera desde el PSTU dijimos que si el Gobierno no iba por el 100% estatal y con control de sus propios trabajadores, ese pequeño paso de recuperación sería no sólo insuficiente sino que más temprano que tarde se volvería en contra del propio pueblo argentino. Estos últimos acontecimientos nos dan lamentablemente la razón. Si no hubiera capitales privados multinacionales en YPF ¿sería necesario sancionar esta ley? Si la petrolera en realidad fuera totalmente nuestra, el Congreso debería estar sancionando leyes que garanticen entonces el autoabastecimiento energético, que destinen las fabulosas ganancias que generan los hidrocarburos para invertir en salud, educación, obra pública, generación de empleo y un largo etcétera.
Si parte de los fondos buitres no serían accionistas de YPF nuestros recursos naturales no serían blanco tan fácil en la extorsión que significa el pago de la deuda externa.
Recuperar nuestra soberanía hidrocarburífera es recuperar toda YPF, es no darle un peso a los especuladores que tienen el 49% de las acciones y es necesario que los propios trabajadores controlen el funcionamiento de la petrolera para que de verdad avancemos en que los recursos naturales sean nuestros y no del imperialismo a través de falsos discursos soberanos.
Cuando se inició el proceso de expropiación del 51% de las acciones de la petrolera desde el PSTU dijimos que si el Gobierno no iba por el 100% estatal y con control de sus propios trabajadores, ese pequeño paso de recuperación sería no sólo insuficiente sino que más temprano que tarde se volvería en contra del propio pueblo argentino. Estos últimos acontecimientos nos dan lamentablemente la razón. Si no hubiera capitales privados multinacionales en YPF ¿sería necesario sancionar esta ley? Si la petrolera en realidad fuera totalmente nuestra, el Congreso debería estar sancionando leyes que garanticen entonces el autoabastecimiento energético, que destinen las fabulosas ganancias que generan los hidrocarburos para invertir en salud, educación, obra pública, generación de empleo y un largo etcétera.
Si parte de los fondos buitres no serían accionistas de YPF nuestros recursos naturales no serían blanco tan fácil en la extorsión que significa el pago de la deuda externa.
Recuperar nuestra soberanía hidrocarburífera es recuperar toda YPF, es no darle un peso a los especuladores que tienen el 49% de las acciones y es necesario que los propios trabajadores controlen el funcionamiento de la petrolera para que de verdad avancemos en que los recursos naturales sean nuestros y no del imperialismo a través de falsos discursos soberanos.
Plan de lucha de
las CGTs y CTAs para recuperar nuestros recursos
Los trabajadores petroleros están mostrando el
camino en la lucha contra el maldito Impuesto a las Ganancias al lograr que sus
patronales que ganan millones de dólares de manera cotidiana se hagan cargo de
ese importe expoliador. Esta pelea ha incentivado también a otros sectores y
debería ser tomada por las centrales sindicales pero la lucha por la
recuperación de todo nuestro salario está íntimamente ligada a la lucha por la
recuperación de nuestros recursos naturales. Otra sería la situación de los
trabajadores argentinos si la producción hidrocarburífera fuera estatal, no
habría excusas para aplicarnos el mínimo no imponible, no tendríamos que pagar
excesivas facturas de gas y ni que hablar de los precios de la nafta y los
productos de primera necesidad, que se ven afectados por el valor del
combustible.
Es por estas razones que la movilización para derogar la ley Chevron e imponer la estatización de los recursos petroleros debería ser fundamental para los dirigentes sindicales, pero lamentablemente no es así debido al involucramiento de éstos en los negociados con las petroleras y los gobiernos provinciales. Desde el PSTU llamamos a todos los nuevos delegados, a las comisiones internas combativas y a todos los trabajadores a que tomen esta exigencia en sus manos. Tenemos que obligar a las conducciones gremiales traidoras a que rompan sus acuerdos patronales y se pongan a la cabeza de impulsar un plan de lucha por estas reivindicaciones. En ese sentido las bancas obtenidas por el FIT, así como la influencia política en un importante sector de la población deben estar al servicio de esta batalla, y no sólo para la presentación de proyectos de ley alternativos, sólo la movilización podrá dar esta dura pelea contra el imperialismo y los lacayos nacionales que habitan las gobernaciones y los sindicatos.
Es por estas razones que la movilización para derogar la ley Chevron e imponer la estatización de los recursos petroleros debería ser fundamental para los dirigentes sindicales, pero lamentablemente no es así debido al involucramiento de éstos en los negociados con las petroleras y los gobiernos provinciales. Desde el PSTU llamamos a todos los nuevos delegados, a las comisiones internas combativas y a todos los trabajadores a que tomen esta exigencia en sus manos. Tenemos que obligar a las conducciones gremiales traidoras a que rompan sus acuerdos patronales y se pongan a la cabeza de impulsar un plan de lucha por estas reivindicaciones. En ese sentido las bancas obtenidas por el FIT, así como la influencia política en un importante sector de la población deben estar al servicio de esta batalla, y no sólo para la presentación de proyectos de ley alternativos, sólo la movilización podrá dar esta dura pelea contra el imperialismo y los lacayos nacionales que habitan las gobernaciones y los sindicatos.
Para recuperar nuestra soberanía:
Resulta cada vez más evidente que aceptando este
mecanismo que nos impone el imperialismo, a través del Gobierno supuestamente
“nacional y popular”, estamos cada vez peor y más sometidos.
No hay posibilidad de negociación justa. El imperialismo aprovecha nuestras necesidades (consecuencias de aplicar sus recetas y políticas) para imponernos sus condiciones a cambio de su “ayuda”.
Es decir, aprovecha nuestra crisis energética, que es consecuencia del saqueo a que nos sometieron durante años, para imponernos las condiciones de la Ley de Hidrocarburos, que significa hipotecar nuestro petróleo y recursos naturales por más de 30 años.
No se puede recuperar ni un ápice de nuestra soberanía si no se rompe de raíz con este “circulo vicioso” que significan la deuda externa y las “inversiones” de las multinacionales.
Resulta cada vez más claro para millones de trabajadores que las intenciones de este Gobierno no son sacar los pies de este plato, si no profundizar la complicidad con los planes de saqueo y ajuste del imperialismo.
Desde el PSTU decimos que sólo es posible recuperar nuestra independencia económica y política si nos sacamos de encima al imperialismo y derrotamos los planes de ajuste de los gobiernos cómplices, peleando por la estatización sin pago y con control obrero de todos los recursos naturales y por el no pago de la deuda externa. Esa plata, que hoy se va a los usureros internacionales, se utilizaría en la reactivación de la industria hidrocarburífera y para solucionar todos los problemas estructurales del país (laborales, de infraestructura, de salud, de educación, etc.).
Desde el PSTU estaremos en primera fila en esta pelea junto a todos aquellos que estén dispuestos a luchar realmente por nuestra independencia y soberanía, y seguiremos levantando un programa de medidas de fondo, las únicas que pueden garantizar de verdad la soberanía energética para el pueblo argentino y las generaciones venideras.
No hay posibilidad de negociación justa. El imperialismo aprovecha nuestras necesidades (consecuencias de aplicar sus recetas y políticas) para imponernos sus condiciones a cambio de su “ayuda”.
Es decir, aprovecha nuestra crisis energética, que es consecuencia del saqueo a que nos sometieron durante años, para imponernos las condiciones de la Ley de Hidrocarburos, que significa hipotecar nuestro petróleo y recursos naturales por más de 30 años.
No se puede recuperar ni un ápice de nuestra soberanía si no se rompe de raíz con este “circulo vicioso” que significan la deuda externa y las “inversiones” de las multinacionales.
Resulta cada vez más claro para millones de trabajadores que las intenciones de este Gobierno no son sacar los pies de este plato, si no profundizar la complicidad con los planes de saqueo y ajuste del imperialismo.
Desde el PSTU decimos que sólo es posible recuperar nuestra independencia económica y política si nos sacamos de encima al imperialismo y derrotamos los planes de ajuste de los gobiernos cómplices, peleando por la estatización sin pago y con control obrero de todos los recursos naturales y por el no pago de la deuda externa. Esa plata, que hoy se va a los usureros internacionales, se utilizaría en la reactivación de la industria hidrocarburífera y para solucionar todos los problemas estructurales del país (laborales, de infraestructura, de salud, de educación, etc.).
Desde el PSTU estaremos en primera fila en esta pelea junto a todos aquellos que estén dispuestos a luchar realmente por nuestra independencia y soberanía, y seguiremos levantando un programa de medidas de fondo, las únicas que pueden garantizar de verdad la soberanía energética para el pueblo argentino y las generaciones venideras.
• Anulación de la reciente Ley de Hidrocarburos
2014 y de todas las concesiones de áreas petroleras y gasíferas.
• Anulación de la provincialización de 1994, el
Código de Minería de 1921 y todos los acuerdos y renegociaciones.
• Nacionalización y estatización de todos los
hidrocarburos. Expropiación sin pago de todas las empresas, tanto
multinacionales como nacionales.
• No al pago de la fraudulenta deuda externa y con
esos fondos reactivar la exploración, las industrias hidrocarburíferas y las
energías alternativas.
• Por una gran empresa estatal nacional de
hidrocarburos, monopólica y bajo control de los trabajadores.
• Cancelación de las exportaciones de
hidrocarburos, priorizando el consumo interno presente y futuro.
• Defensa de los derechos de los trabajadores del
petróleo y el gas: estabilidad, salario, pase a convenio petrolero de los
tercerizados, jornada de 8 horas sin baja salarial, anulación del impuesto al
salario, etc.
• Dar una salida de fondo a la crisis energética,
sin destruir el medio ambiente con el fracking.
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