¿Quiénes somos?

El PSTU es un partido integrado por mujeres y hombres comprometidos con las transformaciones por un mundo más justo e igualitario, es decir un mundo SOCIALISTA.
Está compuesto principalmente por militantes que participan en sindicatos, movimientos estudiantiles, sociales y populares. Estamos convencidos de que la única manera de cambiar la realidad es mediante la movilizacion permanente de los trabajadores y los sectores populares a fin de terminar definitivamente con el sistema capitalista. De ahí que su estrategia es revolucionaria y no reformista.
Creemos que el socialismo no sólo es posible sino que es necesario por los principios, valores y fines superiores que enarbola.

Pero si somos revolucionarios ¿por qué queremos participar en las elecciones?

Si bien creemos que sólo la movilización de los trabajadores y la acción directa puede cambiar la realidad, pensamos que las elecciones son y están diseñadas para que nada cambie. No obstante, son una oportunidad para divulgar las ideas de nuestro partido y una herramienta importante para el apoyo de las luchas y la denuncia del sistema capitalista mismo.

viernes, 19 de diciembre de 2014



Sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU

Por SECRETARIADO INTERNACIONAL LIT CI 19/12/2.014


En los últimos días, la principal noticia política en la prensa mundial ha sido el anuncio de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba, acordada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, cuya ruptura se había producido a inicios de la década de 1960.
Raúl Castro reclamó también el fin del bloqueo comercial y de inversiones impuesto por EEUU, desde ese mismo año, y Obama se comprometió a presentar el pedido de revocación de esa ley en el Congreso.
Existe casi unanimidad mundial de apoyo a esa medida. Los principales gobiernos imperialistas la apoyaron, incluyendo la Unión Europea. En la reunión del Mercosur,por ejemplo, todos los gobiernos que se dicen más “a la izquierda”, como Dilma Rousseff (Brasil), José Mujica (Uruguay), Nicolás Maduro (Venezuela) y Cristina Kirchner (Argentina), y aquellos que se ubican más a la derecha, como Juan Manuel Santos (Colombia) apoyaron con entusiasmo la medida. Maduro elogíó a Obama por su “coraje”. Cristina Kirchner elogió la “dignidad del pueblo cubano que supo defender sus ideales, a pesar de las décadas de embargo económico, impuesto por los Estados Unidos. Dilma Rouseff dijo: “Nosotros, los luchadores sociales imaginábamos que jamás veríamos este momento”.
El papel del Papa Francisco en este acuerdo fue ampliamente difundido por la prensa y reconocido por Obama y Castro. No se trata de una relación reciente entre el gobierno cubano y el Vaticano y Cuba ya que comenzaron a partir de 1990, con Juan Paulo II, y se profundizaron con Benedicto XVI, culminando con el Papa Francisco como gran articulador de este acuerdo.
En realidad, estos son gobiernos burgueses que siguen disfrazándose de “luchadores sociales” para implementar planos económicos neoliberales. Esa unanimidad casi total, se extiende a gran parte de la izquierda. Numerosas corrientes señalan que este hecho represente “un triunfo de Cuba” (país al que consideran el “último bastión del socialismo”) que habría logrado finalmente “doblegar al imperio del Norte”. El Partido Obrero de Argentina afirma que esta “victoria” es el producto de décadas de lucha contra el bloqueo. El “Nuevo MAS” de ese país celebra el acuerdo, a pesar de decir que viene “con una trampa”.
Discordamos con este análisis. Para nosotros, lo ocurrido en estos días tiene una explicación totalmente diferente: significa esencialmente el predominio, dentro de los diferentes sectores del imperialismo estadounidense, de aquellos que no quieren perder las excelentes oportunidades de negocios que ofrece Cuba después de la restauración del capitalismo en la isla por sobre los sectores más ligados a la burguesía cubana anticastrista de Miami.
Antes de fundamentar nuestra posición, consideramos necesario señalar que defendemos el derecho de Cuba, como estado soberano, a mantener relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países del mundo. De la misma manera, siempre defendimos el fin del bloqueo comercial de Estados Unidos a Cuba. No es este el punto que estamos discutiendo sino el contenido real del acuerdo reciente.
Los orígenes de la ruptura y el embargo
En 1959, el Ejército Guerrillero del Movimiento 26 de Julio, encabezado por Fidel Castro, derroca al presidente Fulgencio Batista y asume el poder en Cuba. Este movimiento tenía un programa democrático, en el marco del sistema capitalista.
Pero, en la medida que comienza a aplicar algunas medidas contra la burguesía cubana (como la reforma agraria) y otras que afectaban a empresas estadounidenses, los gobiernos de EEUU, primero bajo el presidente Dwight D. Eisenhower y luego con John F. Kennedy, comienzan a tener una política cada vez agresiva contra Cuba y a intentar derrocar al gobierno de Fidel Castro. Entre sus acciones, podemos mencionar al derrotado intento de invasión de Bahía de los Cochinos (abril de 1961).

En respuesta a estas agresiones, el gobierno castrista comienza un proceso de expropiación de las empresas imperialistas y de la burguesía cubana (que huye masivamente a Miami).
Cuba se transforma así en el primer estado obrero de Latinoamérica en el propio “patio trasero” del imperialismo estadounidense. Como resultado de esto (y de la aplicación de la economía planificada) no sólo deja de ser una semicolonia sino que el pueblo cubano logra conquistas importantísimas como la eliminación del hambre y la miseria, y avances muy grandes en el terreno de la salud y la educación. Es entonces, en 1962, que el gobierno de EEUU rompe relaciones diplomáticas y decreta un embargo comercial y de inversiones hacia Cuba.
Es necesario decir que la dirección cubana construyó un estado burocrático, sin democracia real para los trabajadores y las masas, según el modelo estalinista. Los trabajadores cubanos jamás gobernaron Cuba.
Además, la dirección castrista se mantuvo dentro del criterio del socialismo “en un solo país”, propuesto por el estalinismo desde la segunda mitad de la década de 1920, en contra de la revolución socialista internacional propuesta por el marxismo desde el siglo XIX. Un modelo que terminó fracasando, y tal como lo anticipara León Trotsky, condujo a la restauración capitalista en la URSS, Europa del Este, China y Cuba.
En la estructura económica de Cuba, pasó a tener una importancia central las relaciones comerciales con la URSS que proveía petróleo barato y tecnología, y le compraba la producción azucarera, rama que se mantuvo como el eje de la economía cubana.
En su política internacional, luego de un primer amago de extender la revolución por la vía de impulsar movimiento guerrilleros, se alineó de llenó con la política exterior de la URSS. Por eso, jugó un papel muy negativo al frenar el posible avance hacia la construcción de nuevos estados obreros en procesos similares al cubano, como ocurrió en Nicaragua, en 1979, luego que el FSLN tomara el poder y Fidel Castro . Contribuyó así a fortalecer su aislamiento dentro del continente americano.

La restauración capitalista ya se produjo también en Cuba

La restauración del capitalismo y la caída de la URSS (a finales de los años 80 e inicios de los 90) significaron un duro golpe para la economía cubana y se abrió el llamado “período especial”, lleno de privaciones para las masas. Es entonces cuando la dirección castrista define avanzar en la restauración del capitalismo en el país.
La definición del actual carácter de clase del estado cubano ha sido objeto de duras polémicas en el seno de la izquierda en las últimas dos décadas. Para la corriente castro-chavista, Cuba sigue siendo el “último bastión del socialismo”. Otras corrientes, incluyendo muchas provenientes del trotskismo, analizan que hay un proceso restauracionista en curso, y se oponen a él, pero que todavía no ha dado un “salto cualitativo” y, por ello, Cuba continúa siendo un “estado obrero burocratizado”.
Para la LIT-CI y algunas otras pocas corrientes, la restauración capitalista ya se produjo y fue realizada por la propia dirección de los hermanos Castro. Los hitos principales de la restauración fueron:
La Ley de Inversiones Extranjeras de 1995 que creó las “empresas mixtas”, administradas por el capital extranjero. Las inversiones se dirigieron especialmente al turismo y ramas relacionados pero luego se ampliaron a otros sectores, productos farmacéuticos y, posteriormente, al petróleo.
- Se eliminó el monopolio del comercio exterior por parte del Estado ejercido, hasta entonces, por el Ministerio de Comercio Exterior: tanto las empresas estatales como las mixtas pueden negociar libremente sus exportaciones e importaciones.
El dólar se transformó, de hecho, en la moneda efectiva de Cuba, coexistiendo con dos monedas nacionales: una “convertible” en dólares y otra “no convertible”.
Se privatizó, de hecho, la producción y comercialización de caña de azúcar, a través de las “unidades básicas de producción cooperativa” (80% del área cultivada). Sus miembros no tienen la propiedad jurídica de la tierra pero se reparten las ganancias obtenidas. En 1994, comenzaron a funcionar los “mercados agropecuarios libres” cuyos precios se determinan en el mercado.
A partir de estas medidas, la economía cubana dejó de funcionar alrededor de la planificación económica estatal y pasó a funcionar, aunque de modo distorsionado, alrededor de las leyes de la ganancia y del mercado.

La reciente Ley de Inversiones Extranjeras lo confirma

La aprobación, este año, por parte Asamblea Nacional de Cuba de una legislación que libera el ingreso de capitales extranjeros y les da enormes facilidades impositivas y garantías legales confirma esta caracterización.
La ley presentada por el gobierno de Raúl Castro abre todos los sectores de la economía a la inversión extranjera, salvo salud, educación y prensa. Entre las ventajas ofrecidas por la nueva legislación, están las siguientes:

a) Se exime a las compañías extranjeras del impuesto sobre utilidades durante ocho años. Después comenzarán a pagar una tasa del 15 % pero serán liberadas de ese pago si reinvierten sus ganancias en la isla.
b) La ley garantiza “
la plena protección y seguridad al inversionista, el cual no podrá ser expropiado, salvo por motivos de utilidad pública o interés social”. En este último caso, habrá una indemnización.
Es decir, se trata claramente de una legislación que sólo puede encuadrarse en un sistema capitalista. Junto, con esto, el gobierno de Raúl Castro está abriendo una enorme “zona franca” en el puerto de Mariel. Este puerto, financiado por el gobierno brasileño, es modernísimo y puede abrigar navíos de gran calado. Costó 1.000 millones de dólares y es parta de la apuesta cubana de ser parte de la ruta del comercio Asia-EEUU.
Al mismo tiempo, como la otra cara de este plan, se da un proceso de deterioro cada vez mayor de la conquistas de la revolución en temas claves como salud, educación, garantía de empleo, libreta de suministros, y el despido de cientos de miles de empleados estatales, condenados a apenas sobrevivir como cuentapropistas. Mientras tanto, los trabajadores ganan salarios medios de 18 dólares.

Un debate dentro de la burguesía imperialista

Desde la restauración del capitalismo en Cuba, se abrió un debate dentro de la burguesía imperialista estadounidense. Por un lado, estaba la burguesía gusana anticastrista residente en Miami, con fuertes lazos y peso dentro del Partido Republicano, que pretendía mantener el aislamiento de la isla hasta que cayese el régimen castrista y se les asegurase la devolución de las propiedades expropiadas por la revolución.
Por el otro, diversos sectores, mayormente ligados a los demócratas pero también con expresión dentro de los republicanos, veía como se desaprovechaban excelentes posibilidades de negocios en un país tan cercano geográficamente, en áreas como turismo, finanzas, producción agraria, venta de productos industriales, etc. Veían como esas oportunidades estaban siendo utilizadas por países europeos (especialmente España). De hecho, algunos ya “hacían trampa” a la legislación vigente en EEUU y realizaban inversiones “camuflados” detrás de empresas canadienses.
Ese debate hoy tiene una resolución y se abre el camino de la liberación de las inversiones y el comercio. Incluso, es posible que Obama haya hecho un acuerdo con sectores de peso de esa burguesía anticastrista.
El propio Obama se comprometió a presentar al Congreso el pedido de derogación de la ley del bloqueo. Y, como muestra de que va a contar con el apoyo de un ala de la oposición, Marco Rubio, senador republicano por Florida, de origen cubano, explicó que el acuerdo incluye la normalización de los vínculos bancarios y comerciales entre los dos países.
La insistencia de Raúl Castro en la fin del bloque no significa un “triunfo de Cuba socialista” sino, por el contrario, la búsqueda de una oleada de inversiones imperialistas estadounidenses que profundizarán aún más el proceso de semicolonización que vive el país desde que el capitalismo fue restaurado. Las medidas que ahora se anuncian son también parte de una integración colonial de Cuba en la “globalización”.
Las corrientes de izquierda que saludan estas medidas como “una victoria” están ayudando a disfrazar una política que tendrá severas consecuencias para el pueblo cubano. La LIT-CI no se suma a ese coro: opinamos que, lamentablemente, no fueron las décadas de lucha del pueblo cubano las que terminan con el bloqueo sino la restauración del capitalismo en Cuba. Este acuerdo beneficia al imperialismo y a la nueva burguesía cubana formada a partir del gobierno castrista.
En el marco de esta realidad, para la LIT-CI, lo que está planteado en Cuba es la necesidad de una nueva revolución social para reconstruir el estado obrero cubano y sus conquistas, y cambiar el régimen castrista por uno basado en la más amplia democracia obrera.
Llamamos a los trabajadores y el pueblo cubano a no engañarse con este acuerdo, y a resistir el actual curso de los Castro de dependencia creciente, y a rechazar la sumisión de Cuba con relación a EEUU. El derecho de Cuba a mantener relaciones diplomáticas con todos los países del mundo, no tiene un signo igual a someterse como el resto de los países semicoloniales.
Llamamos a los trabajadores de todo el mundo a defender a sus hermanos cubanos, que ganan salarios de miseria y ven amenazados sus empleos por los planes del imperialismo y del gobierno cubano.
Llamamos a todos los trabajadores y a la juventud a luchar contra la dictadura cubana que da toda la libertad a la burguesía internacional en la isla, pero no permite elecciones libres ni ninguna libertad sindical y partidaria.

Secretariado Internacional
San Pablo, 19/12/2014


A 13 años de diciembre de 2001: una nueva dirección para un nuevo Argentinazo

Escrito por  Luciana Danquis PSTU -Lit Ci            15 de Diciembre de 2.014

En la más de una década que nos separan de la revolución del 19 y 20 de diciembre de 2001, el gobierno y el conjunto de la burguesía intentaron borrar o distorsionar de nuestra memoria histórica este hito en la lucha de los trabajadores y el pueblo argentino.
Y para muchos de los jóvenes que hoy están al frente de las luchas es un proceso desconocido en toda su dimensión. Recuperar esa memoria histórica, analizar y sacar conclusiones de ese proceso es fundamental para prepararnos para las peleas que vienen.
Una ola latinoamericana
Diciembre de 2001 no fue un “producto auténticamente argentino” sino que formó parte de un estallido de movilizaciones de masas y revoluciones que recorrió gran parte de Latinoamérica. En Ecuador, Bolivia, Venezuela, entre otros, se desarrollaron luchas importantísimas, con huelgas, movilizaciones, caídas de presidentes y hasta alguna toma del poder por algunas horas.
Todos estos procesos fueron la respuesta de los trabajadores y las masas de parte importante de nuestra América Latina al proceso de recolonización y saqueo cada vez más intenso por parte del imperialismo yanqui y los gobiernos títeres, que atacaban día a día las condiciones de vida y acrecentaban la miseria, teniendo como punto de culminación pretendida la instalación del Área de Libre Comercio Americano (ALCA), un salto muy importante en la recolonización, que fue derrotado por los procesos revolucionarios. De este contexto continental es que forma parte el Argentinazo.
¿Qué pasó en el Argentinazo?
Lo que sucedió en diciembre de 2001 no se gestó de un día para el otro, y el proceso fue creciendo de la periferia al centro. Las privatizaciones de los gobiernos de Menem, la política de convertibilidad, las “relaciones carnales” con los EEUU, fueron acrecentando la desocupación, la flexibilización laboral, la miseria y el hambre al límite de lo soportable, afectando no sólo a los sectores más empobrecidos y de trabajadores sino también a la clase media.
Ya en la segunda mitad de los ’90 aparecían procesos en las provincias, como el santiagueñazo [Santiago del Estero], los piqueteros de Cutral-Có [Neuquén] y Tartagal [Salta], y con ellos la represión y los muertos.
Conforme pasaban los años la situación se hacia cada vez más insostenible y obligaba a la burocracia sindical a convocar a huelgas generales, la última de ellas tan solo 6 días antes del gran estallido; el intento de arancelamiento de las universidades nacionales fue tirado abajo por movilizaciones sumamente masivas que obligaron al ministro de Economía de De la Rúa a renunciar.
El robo de los ahorros a partir del “corralito” y la declaración del Estado de Sitio, fueron “la gota que rebalsó el vaso” que se venía llenando hacía años. El 19 de diciembre había varias movilizaciones y comenzaban los saqueos; la declaración del estado de sitio en horas de la tarde fue la llama que faltaba para encender la mecha y las masas comenzaron a salir espontáneamente en todo el país con cacerolas en las manos, exigiendo la ida de De laRúa y de Cavallo.
Ya por la madrugada, la represiónse anota el primer muerto de esta revolución, que al día siguiente la enfrentó en forma permanente en las inmediaciones de Plaza de Mayo y en muchísimas ciudades del país. Diez horas de enfrentamiento permanente y tres decenas de muertos hicieron falta para lograr el primer triunfo: la huida de De la Rúa de la Casa Rosada, en helicóptero.
El proceso continuó y tiró en tan sólo una semana a cinco presidentes, las movilizaciones masivas continuaron y los piquetes y cacerolas fueron una constante en aquel verano de 2002. En ese momento, todo se puso en cuestión: las instituciones del régimen, los políticos, el parlamento, la policía, etc. no tenían ningún tipo de respeto, el odio anti-yanqui crecía y también las nuevas formas de organización: las organizaciones piqueteras y las asambleas populares, que no pudieron desarrollarse y se fueron dispersando gracias a la actuación aparatista y sectaria de los entonces partidos mas grandes de la izquierda: PO y MST.
El gobierno de Duhalde intenta estabilizar, pero con el asesinato de Maxi y Darío[1], en junio de 2002, la bronca popular vuelve a estallar y se ve obligado a convocar a elecciones.
Así, en medio de una gran inestabilidad, en mayo de 2003 asume Néstor Kirchner, candidato de un sector del Partido Justicialista.
El desvío K del proceso
Como mencionamos anteriormente, el gobierno de Kirchner sube con el objetivo de frenar el proceso revolucionario, pues el imperialismo y la burguesía no podían permitir que este se desarrollara. Así, como ya se había demostrado que con represión dura no iba a funcionar y la nueva situación económica lo permitía, Kirchner comenzó a dar concesiones tanto en el terreno económico como en el de derechos humanos, entre otros, para “normalizar el país”. Es así que lo conquistado por los trabajadores y sectores oprimidos en la década K fue producto de ese Argentinazo, que, por supuesto, hoy el gobierno intenta borrar o distorsionar.
¿Por qué fue una revolución?
Quizá muchos compañeros se pregunten si no es exagerado hablar de revolución ante estos hechos y prefieren llamarlo estallido o rebelión, ya que no se instauró un gobierno socialista de los trabajadores ni nada parecido.
Esto es abonado por la postura de la mayoría de la izquierda, que se niega a reconocer como revolución cualquier proceso que no culmine en un gobierno obrero y socialista, y, coherente con eso, en pleno 2001 levantó consignas de salida dentro del propio régimen democrático burgués.
¿Qué es una revolución? Si tomamos una definición sencilla podemos decir que una revolución es un cambio brusco o radical. En términos de Trotsky podemos decir que es “la irrupción violenta de las masas en el gobierno de sus propios destinos.”
¿No es acaso eso lo que aconteció en diciembre de 2001? Nosotros somos categóricos: 2001 fue una revolución que marcó un antes y un después en nuestro país; quien no ve eso y explica ese episodio como un acontecimiento más o como obra de enfrentamientos de la burguesía sin participación real de las masas, puede terminar creyendo que las concesiones que se vio obligado a dar Kirchner para estabilizar el país (al igual que Chávez, Evo, etc., en sus respectivos países) fueron producto de la buena voluntad de estos gobiernos y no de su necesidad de frenar estos procesos revolucionarios en curso.
El Argentinazo no logró derrotar a la burguesía y fundar una nueva sociedad, pero sí frenar el plan imperialista tal como lo tenían pensado, y arrancarle conquistas históricas al gobierno que, por ejemplo, se vio obligado a dejar de pagar la deuda externa hasta 2007.
Por un nuevo Argentinazo conducido por los trabajadores
Con la crisis mundial sintiéndose cada vez más, cada día es más evidente la verdadera cara del proyecto kirchnerista y a favor de quién gobierna. Sus políticas son cada vez más amables con el imperialismo y los empresarios y más duras con los trabajadores.
Nosotros, que ya demostramos la fuerza de nuestros estallidos, nuevamente vamos a ofrecer resistencia contra los planes de ajuste que nos quieren imponer y por eso tenemos que prepararnos para peleas cada vez más duras.
Pero, ¿cómo hacemos para que a nuestras revoluciones no nos las arrebate nuevamente la burguesía? Es necesario sacar conclusiones de los límites de la experiencia de 2001: podemos luchar mucho, hacer acciones heroicas, poner muchos mártires en nuestra luchas, poner en jaque a la burguesía, pero si en ese proceso no tenemos una dirección revolucionaria que conduzca nuestra pelea hacia un cambio de fondo, hacia un gobierno de los trabajadores que se proponga la construcción de una nueva sociedad sin explotadores y explotados, a la larga o a la corta, nuestras luchas y esfuerzos nos serán arrebatados.
Es en esa ardua pero necesaria tarea que desde el PSTU y la LIT ponemos todos nuestros esfuerzos e invitamos a todos los trabajadores a hacerlo con nosotros.
Nota de edición:
[1] Maximiliano Kosteki (21 años) y Darío Santillán (22 años) pertenecían al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) y fueron asesinados en lo que se conoció como la “masacre de Avellaneda”, en la estación del ese nombre, en el Gran Buenos Aires, el 26 de junio de 2002. Varios de los autores físicos del asesinato fueron condenados a cadena perpetua, no así los autores intelectuales del hecho, que ordenaron la represión a la movilización que reclamaba alimentos para los comedores populares.
Artículo publicado en Avanzada Socialista n.° 81, 10 de diciembre de 2014.
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viernes, 5 de diciembre de 2014

DEROGACION INMEDIATA DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS


Comodoro Rivadavia  , 05 de diciembre de 2.014

¿Para qué se utiliza el impuesto a las ganancias (al salario) que el Gobierno nos continúa aplicando a los trabajadores confiscando así nuestros salarios?

Lejos de lo que muchos creen la mayor parte de este maldito impuesto que cae sobre nuestros salarios no va a los más necesitados ni a los más pobres. No es para la asignación universal por hijo, ni para hospitales que como vemos con el Hospital Regional está en la ruina, ni mucho menos para educación, ni para infraestructura como podemos ver al caminar y andar por las calles de Comodoro o cada vez que hay una inundación en diferentes lugares de la Argentina ni para el sistema jubilatorio como podemos ver al saber que el 75% de los jubilados gana la mínima (es decir $ 3.500). Año a año el grueso de esta confiscación  se utiliza para pagarle a los buitres de la deuda externa ,una deuda de la cual  la totalidad de los trabajadores no ha visto ni un dólar y no se ha invertido  ni uno solo en resolver las necesidades de los sectores populares –Por el contrario esa deuda fue y es disfrutada por el conjunto de multinacionales ,banqueros , grupos económicos extranjeros y nacionales a los que TODAVIA se les premia con desgravaciones y exenciones impositivas , se les permite blanqueo de capitales y se las exime de la renta financiera .

Nuestro salario es confiscado por lo menos 3 veces:
A)   Por la patronal que se queda con la mayor parte del mismo pagándonos solo una porción pequeña de lo que producimos
B)   Por la inflación producto de la remarcación de precios que efectúan las pocas empresas que monopolizan los mercados y los supermercados
C)   Por el maldito impuesto a las ganancias PARA SUBSIDIAR a la banca acreedora ,a las multinacionales y a los grupos económicos extranjeros y nacionales

Frente a esto el gobierno nacional y popular de  Cristina nos sigue aplicando el impuesto, nos niega no homologando los acuerdos salariales ni los bonos pactados que compensan en parte el salario perdido producto de la inflación. Los trabajadores no tenemos ganancias  ;tenemos salarios .GANANCIAS tienen los monopolios como Chevron ,Barrick Gold , Pae , Cargill , Ford ,Volswagen  , LA BANCA ,LOS BUITRES DE LA DEUDA ,LOS POOLES DE SIEMBRA y todo el minúsculo grupo de capitalistas que se la han llevado y se la sigue llevando en pala como lo hacen e hicieron durante toda la “década ganada “. 

¡¡¡¡A ESTOS PRIVILEGIADOS QUE VIVEN DEL TRABAJO DEL LOS LABURANTES HAY QUE COBRARLE IMPUESTO A LAS GANANCIAS ¡¡¡

Ø SOLIDARIDAD CON TODOS LOS TRABAJADORES :PETROLEROS ,BANCARIOS ,ESTATALES , METALURGICOS Y DEMAS QUE ESTAN PELEANDO POR LA DEROGACION DE ESTE IMPUESTO Y POR OTRAS JUSTAS REIVINDICACIONES

Ø POR LA INMEDIATA DEROGACIÓN DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS (al trabajo ) A LOS ASALARIADOS

Ø POR UN BONO DE FIN DE AÑO DE EMERGENCIA PARA TODAS LOS TRABAJADORES DEL PAIS.

Ø BASTA DE PAGAR LA ESTAFA DE LA DEUDA EXTERNA.ESA PLATA  DEBE IR A EDUCACIÓN, SALUD, TRANSPORTE Y VIVIENDA DIGNA.

Ø QUE EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS LO PAGUEN LOS QUE TIENE GANANCIAS (PETROLERAS, BANCOS, MINERAS, LA UIA Y LOS DUEÑOS DE LOS CAMPOS)


PSTU
PARTIDO SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES UNIFICADO     REGIONAL COMODORO RIVADAVIA
Sarmiento 1137 T.E. (297) 406 4231
PSTU en el Frente de Izquierda y los Trabajadores
pstupatagonia.blogspot.com pstupatagonia@gmail.com
f: pstu chubut 


Charla-debate con Daniel Ruiz, delegado petrolero de SP Chubut


¿Recuperamos YPF?
PSTU Nacional diciembre 2.014

El debate público que generó el conocimiento de algunas cláusulas secretas del acuerdo YPF-Chevron dejaron al descubierto las mentiras de los inflamados discursos soberanos del Gobierno Nacional. Las grandes campañas de La Cámpora o la JP que invadieron los espacios públicos con afiches acerca de la recuperación de YPF se deshacen al calor de las últimas noticias y las propias declaraciones de los funcionarios públicos. Desde los altos cargos nacionales, para justificar el acuerdo, asumen que YPF es una “sociedad anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York”, para Capitanich y Galuccio no hay cláusulas secretas sino confidencialidad entre empresas privadas.
Cuando se inició el proceso de expropiación del 51% de las acciones de la petrolera desde el PSTU dijimos que si el Gobierno no iba por el 100% estatal y con control de sus propios trabajadores, ese pequeño paso de recuperación sería no sólo insuficiente sino que más temprano que tarde se volvería en contra del propio pueblo argentino. Estos últimos acontecimientos nos dan lamentablemente la razón. Si no hubiera capitales privados multinacionales en YPF ¿sería necesario sancionar esta ley? Si la petrolera en realidad fuera totalmente nuestra, el Congreso debería estar sancionando leyes que garanticen entonces el autoabastecimiento energético, que destinen las fabulosas ganancias que generan los hidrocarburos para invertir en salud, educación, obra pública, generación de empleo y un largo etcétera.
Si parte de los fondos buitres no serían accionistas de YPF nuestros recursos naturales no serían blanco tan fácil en la extorsión que significa el pago de la deuda externa.
Recuperar nuestra soberanía hidrocarburífera es recuperar toda YPF, es no darle un peso a los especuladores que tienen el 49% de las acciones y es necesario que los propios trabajadores controlen el funcionamiento de la petrolera para que de verdad avancemos en que los recursos naturales sean nuestros y no del imperialismo a través de falsos discursos soberanos.

Plan de lucha de las CGTs y CTAs para recuperar nuestros recursos
Los trabajadores petroleros están mostrando el camino en la lucha contra el maldito Impuesto a las Ganancias al lograr que sus patronales que ganan millones de dólares de manera cotidiana se hagan cargo de ese importe expoliador. Esta pelea ha incentivado también a otros sectores y debería ser tomada por las centrales sindicales pero la lucha por la recuperación de todo nuestro salario está íntimamente ligada a la lucha por la recuperación de nuestros recursos naturales. Otra sería la situación de los trabajadores argentinos si la producción hidrocarburífera fuera estatal, no habría excusas para aplicarnos el mínimo no imponible, no tendríamos que pagar excesivas facturas de gas y ni que hablar de los precios de la nafta y los productos de primera necesidad, que se ven afectados por el valor del combustible.
Es por estas razones que la movilización para derogar la ley Chevron e imponer la estatización de los recursos petroleros debería ser fundamental para los dirigentes sindicales, pero lamentablemente no es así debido al involucramiento de éstos en los negociados con las petroleras y los gobiernos provinciales. Desde el PSTU llamamos a todos los nuevos delegados, a las comisiones internas combativas y a todos los trabajadores a que tomen esta exigencia en sus manos. Tenemos que obligar a las conducciones gremiales traidoras a que rompan sus acuerdos patronales y se pongan a la cabeza de impulsar un plan de lucha por estas reivindicaciones. En ese sentido las bancas obtenidas por el FIT, así como la influencia política en un importante sector de la población deben estar al servicio de esta batalla, y no sólo para la presentación de proyectos de ley alternativos, sólo la movilización podrá dar esta dura pelea contra el imperialismo y los lacayos nacionales que habitan las gobernaciones y los sindicatos.

 Para recuperar nuestra soberanía:

Resulta cada vez más evidente que aceptando este mecanismo que nos impone el imperialismo, a través del Gobierno supuestamente “nacional y popular”, estamos cada vez peor y más sometidos.
No hay posibilidad de negociación justa. El imperialismo aprovecha nuestras necesidades (consecuencias de aplicar sus recetas y políticas) para imponernos sus condiciones a cambio de su “ayuda”.
Es decir, aprovecha nuestra crisis energética, que es consecuencia del saqueo a que nos sometieron durante años, para imponernos las condiciones de la Ley de Hidrocarburos, que significa hipotecar nuestro petróleo y recursos naturales por más de 30 años.
No se puede recuperar ni un ápice de nuestra soberanía si no se rompe de raíz con este “circulo vicioso” que significan la deuda externa y las “inversiones” de las multinacionales.
Resulta cada vez más claro para millones de trabajadores  que las intenciones de este Gobierno no son sacar los pies de este plato, si no profundizar la complicidad con los planes de saqueo y ajuste del imperialismo.
Desde el PSTU decimos que sólo es posible recuperar nuestra independencia económica y política si nos sacamos de encima al imperialismo y derrotamos los planes de ajuste de los gobiernos cómplices, peleando por la estatización sin pago y con control obrero de todos los recursos naturales y por el no pago de la deuda externa. Esa plata, que hoy se va a los usureros internacionales, se utilizaría en la reactivación de la industria hidrocarburífera y para solucionar todos los problemas estructurales del país (laborales, de infraestructura, de salud, de educación, etc.).
Desde el PSTU estaremos en primera fila en esta pelea junto a todos aquellos que estén dispuestos a luchar realmente por nuestra independencia y soberanía, y seguiremos levantando un programa de medidas de fondo, las únicas que pueden garantizar de verdad la soberanía energética para el pueblo argentino y las generaciones venideras.

• Anulación de la reciente Ley de Hidrocarburos 2014 y de todas las concesiones de áreas petroleras y gasíferas.
• Anulación de la provincialización de 1994, el Código de Minería de 1921 y todos los acuerdos y renegociaciones.
• Nacionalización y estatización de todos los hidrocarburos. Expropiación sin pago de todas las empresas, tanto multinacionales como nacionales.
• No al pago de la fraudulenta deuda externa y con esos fondos reactivar la exploración, las industrias hidrocarburíferas y las energías alternativas.
• Por una gran empresa estatal nacional de hidrocarburos, monopólica y bajo control de los trabajadores.
• Cancelación de las exportaciones de hidrocarburos, priorizando el consumo interno presente y futuro.
• Defensa de los derechos de los trabajadores del petróleo y el gas: estabilidad, salario, pase a convenio petrolero de los tercerizados, jornada de 8 horas sin baja salarial, anulación del impuesto al salario, etc.

• Dar una salida de fondo a la crisis energética, sin destruir el medio ambiente con el fracking.
 LEY DE HIDROCARBUROS

Chevron y los yanquis escriben nuestras leyes

PSTU NACIONAL LIT-CI    Diciembre 2.014

Se cae a pedazos el edificio construido con ladrillos de mentiras acerca de nuestra independencia y soberanía.
La Ley de Hidrocarburos, presentada ante todos nosotros como la ley que iba a permitirnos recuperar la soberanía y el autoabastecimiento energético, fue una exigencia de Chevron para invertir en Vaca Muerta.

Nuestras leyes se escriben en inglés
Se conoció la existencia de numerosos “documentos, redactados en inglés y estrictamente confidenciales”1 que formaron parte de la negociación entre Chevron e YPF en los cuales la multinacional yanqui delineó las condiciones que pretendía para sus inversiones.
Como venimos denunciando desde Avanzada Socialista periódico del PSTU, la ley contiene muchos puntos que garantizan a Chevron y demás “inversiones” petroleras que puedan llevarse sus ganancias al exterior sin reinvertir en el país, incluyendo un tope del 12% en los impuestos y regalías que deberán pagar, así como también la extensión de las concesiones a 35 años. Para completar, la petrolera yanqui  podrá retirarse de las operaciones sin ningún tipo de penalización y, como si fuera poco, aunque se retire seguirá cobrando el 50% de los beneficios de la producción. Y como si el fallo del juez Griesa sobre los fondos buitres no hubiese sido suficiente nuevamente existe una cláusula que coloca cualquier disputa o desacuerdo entre el país y las petroleras bajo la ley de Nueva York y de los tribunales de la Cámara de Comercio Internacional, con sede en Francia.
Todas estas cláusulas y garantías fueron condiciones que Chevron y las multinacionales petroleras impusieron al país a través de esos documentos secretos para invertir en Vaca Muerta.

El Gobierno y el Congreso traducen al castellano las exigencias de Chevron
Haciendo caso a las exigencias de Chevron, el Gobierno se apresuró a emitir decretos y redactar las normas que “legalizan” la continuidad del saqueo. De esta manera, aquellos documentos “confidenciales” y “en inglés” se tradujeron en los decretos 1208/13 y 929/13, en la reforma y promulgación de la Ley Provincial 2687 de la provincia de Neuquén, coronando esta maratón legislativa con la Ley 27007 de Hidrocarburos que el Congreso aprobó el pasado 30 de octubre gracias a la mayoría parlamentaria K que lo hizo en tiempo récord.
Los diputados de Massa, Macri o los radicales, siendo parte de este circo donde el Congreso es un instrumento de las multinacionales extranjeras, se limitaron a votar en contra con el argumento de que no se los había tenido en cuenta para el debate y, que como siempre el Gobierno no quería consensuar con ellos. Lejos de denunciar la entrega de nuestros recursos, reclamaron querer ser parte activa de dicha entrega.

Un país sometido a las reglas del imperialismo
Las condiciones que ahora gozan Chevron y las multinacionales petroleras en nuestro país son el resultado de años de saqueo, desinversión y sometimiento económico y político que el imperialismo ejerce sobre los trabajadores y pueblos del mundo, entre ellos nuestro país.
Son el resultado de la privatización de YPF en los años ‘90, del saqueo que hizo Repsol de nuestros recursos naturales durante casi 20 años con la complicidad de los gobiernos de turno incluidos el de Néstor y Cristina. La utilización de un sistema de extracción sin ningún tipo de inversión es el que tuvo como resultado la pérdida de nuestro autoabastecimiento energético, y como si fuera poco el Gobierno indemnizó a la petrolera española con millones de dólares.
Aunque parezca difícil de creer, estas políticas, que son llevadas adelante por el imperialismo tienen por objetivo poner en pie un mecanismo perverso de sometimiento para expoliar a los pueblos. La pérdida de nuestro autoabastecimiento energético, así como nuestro endeudamiento externo son objetivos permanentes para que tengamos que recurrir a nuevos créditos e “inversiones” por parte de ellos, y nos veamos obligados a aceptar las condiciones que nos imponen.
Por eso es que hoy, para volver a acceder a “créditos internacionales” (o sea, endeudarnos todavía más), los buitres exigen que les paguemos todo; esta es la gran explicación que el kirchnerismo hace para justificar que siguen entregando nuestros recursos a Chevron, Exxon y otras grandes multinacionales. Y el colmo de los colmos es que el fondo buitre Black Rock fue denunciado por Cristina cuando lo vinculó con el cierre de la gráfica Donnelley, aunque evitó comentar que es socio del Estado argentino en YPF, muy interesado en los yacimientos de Vaca Muerta.
Aunque quieran convencernos que esta nueva legislación es para recuperar nuestro abastecimiento energético, esta afirmación no se condice con la votación del presupuesto para 2015 que prevé un gasto de centenares de millones de dólares para la importación de nafta  sólo para satisfacer el mercado interno2. Sin mencionar que además, esta importación implica un negocio millonario para las petroleras porque es nafta exenta de impuestos.
Mientras los trabajadores de todo el país deben pagar un 21% de impuesto a través del IVA a todos los alimentos y productos que necesitan para vivir, o los que pueden conseguir algunos aumentos salariales son alcanzados por el impuesto a las ganancias, gracias a la nueva Ley Chevron las petroleras, que recaudan millones de dólares, pueden girar sus extraordinarias ganancias al exterior, o pagar sólo el 12% de regalías.
Organizar la pelea junto a todos los trabajadores, para obligar al Gobierno a romper con este sometimiento y avanzar en nuestra verdadera soberanía energética es nuestro camino a seguir y desde el PSTU estaremos a disposición de organizarla y ser parte de ella.