¿Quiénes somos?

El PSTU es un partido integrado por mujeres y hombres comprometidos con las transformaciones por un mundo más justo e igualitario, es decir un mundo SOCIALISTA.
Está compuesto principalmente por militantes que participan en sindicatos, movimientos estudiantiles, sociales y populares. Estamos convencidos de que la única manera de cambiar la realidad es mediante la movilizacion permanente de los trabajadores y los sectores populares a fin de terminar definitivamente con el sistema capitalista. De ahí que su estrategia es revolucionaria y no reformista.
Creemos que el socialismo no sólo es posible sino que es necesario por los principios, valores y fines superiores que enarbola.

Pero si somos revolucionarios ¿por qué queremos participar en las elecciones?

Si bien creemos que sólo la movilización de los trabajadores y la acción directa puede cambiar la realidad, pensamos que las elecciones son y están diseñadas para que nada cambie. No obstante, son una oportunidad para divulgar las ideas de nuestro partido y una herramienta importante para el apoyo de las luchas y la denuncia del sistema capitalista mismo.

lunes, 26 de octubre de 2020


 

NO PUEDEN BORRAR LA HISTORIA DE ESTA PATAGONIA REBELDE

 Finalmente la histórica comisaría de Puerto San Julián fue declarada Monumento Histórico Nacional. Esta declaración llega un poco tarde, porque el Intendente Daniel Gardonio y las monjas salesianas ya habían avanzado en demoler gran parte del histórico edificio. De esa forma, querían borrar la historia, pasándola por arriba con una topadora, para quedarse con el predio, y construir un gimnasio. Pero lo que queda del edificio seguirá ahí como recordatorio para los terratenientes y patrones, porque el pueblo no se olvidó de los 1500 trabajadores asesinados durante el Gobierno del radical Hipólito Yrigoyen, en las huelgas y luchas que se dieron en Santa Cruz desde el año 1920 a 1922.

Esto abre varias discusiones. Por un lado el valor histórico de la vieja comisaría, y por el otro la cuestión de la falta de escuelas y gimnasios. Nosotros estamos totalmente en contra de que el gobierno nacional, provincial o municipal le pague un gimnasio a los salesianos, y a cualquier organización religiosa o privada. La solución al problema de la falta de escuelas es aumentar el presupuesto para educación pública y no destinar más dinero para las escuelas privadas, que son un negocio.

 

LA HISTORIA ALREDEDOR DE LA COMISARÍA

Esa comisaría fue el escenario de atroces acontecimientos contra los trabajadores. Según relata Osvaldo Bayer en su obra “La Patagonia rebelde”, en 1914 se desató el primer movimiento de lucha de los peones rurales de Santa Cruz. Ocurrió en la estancia “Mata grande” del inglés Guillermo Patterson. La Federación Obrera de San Julián envió al español Palacios como delegado y le exigió al estanciero Patterson, entre otras cosas, que los obreros rurales no paguen más la comida, que el patrón no le cobre los peines y cortantes que se destruían durante la esquila, y que el pago al médico sea voluntario. Patterson se negó y la policía local se ocupó de cumplir la voluntad del estanciero reprimiendo a los huelguistas y encarcelando a sus dirigentes. Según Osvaldo Bayer “se llega así al inusitado número —para San Julián— de 69 detenidos. Casi todos extranjeros: 40 españoles, 20 chilenos, 1 inglés, 1 italiano, 1 ruso, 4 argentinos y 1 francés”.

En 1920 el anarquista español Juan Rivas y Rivas, llegó a Puerto San Julián “por decreto del gobierno nacional” para “sufrir en ésta destierro de cuatro años y medio por ser anarquista furioso y peligroso”[1]. Rivas y Rivas tenía entonces prohibido por las autoridades realizar actividad política, pero se presentó en una asamblea de la “Sociedad Obrera de Oficios Varios” y fue inmediatamente detenido, y enviado a la comisaría.

Ese mismo año hicieron explotar una bomba en la casa del comisario Albornoz, de Puerto San Julián, y se inició una cacería de obreros y activistas anarquistas principalmente. Muchos de ellos fueron encerrados por más de dos meses en la comisaría y luego llevados a la cárcel de Río Gallegos, donde los liberaron al poco tiempo, por falta de pruebas.

También estuvo detenido en esa comisaría José Font, también conocido como “Facón Grande”. Uno de los principales dirigentes de las luchas que se dieron a partir de 1920. Fue fusilado junto a un centenar de compañeros en diciembre de 1921, por el teniente Coronel Héctor Benigno Varela, bajo las órdenes del presidente Hipólito Yrigoyen, al servicio de los negocios de los Braun Menendez, y demás oligarcas.

Entre las paredes de ese viejo edificio, que supo ser la comisaría del pueblo, también fueron encerradas, golpeadas y torturadas las mujeres que se negaron a prostituirse con los soldados que habían fusilado a los huelguistas. Las “Catalanas”, o “Las Putas de San Julián”, como las llamó Osvaldo Bayer en sus libros. Amalia Rodríguez, Ángela Fortunato, Maud Foster, Consuelo García y María Juliache.

También fueron encarcelados ahí el polaco Francisco Nodokoski y el ruso Miguel Neke. Peones rurales y anarquistas que se estaban escapando de la represión. Los fusilaron en la carnicería de Bucic y los tiraron a los chanchos para que se los coman.

 

LAS LUCHAS DE AYER Y DE HOY

La historia y la memoria son armas que tiene el pueblo para aprender de sus luchas. Mirando el pasado podemos ver con otros ojos el presente y el futuro. Los trabajadores aprendemos de esta manera lo que pasó y podemos pensar mejor que hacemos ahora frente a las injusticias que vivimos. Las monjas salesianas que querían que se demoliera el edificio para quedarse con el terreno, y que el estado les financie un gimnasio, son miembros de la misma orden Salesiana de Don Bosco, que acompañó con la cruz en mano el genocidio de los pueblos originarios durante la “Conquista del Desierto” del General Roca. Y da la “casualidad” que hicieron eso con la intención de apropiarse de unos terrenos para “civilizar” a los “salvajes” que habitaban estas tierras. Por eso insistimos que estamos en contra de que el gobierno nacional, provincial o municipal destine un solo peso a los negocios privados que lucran con la educación. Necesitamos presupuesto para educación y salud pública de calidad, y un plan de obras públicas que responda a estas necesidades. Basta de financiar a la iglesia con el dinero del pueblo, que se separe inmediatamente la Iglesia del Estado.

El intendente Daniel Gardonio se mostró muy enojado por no poder cumplir con el acuerdo que había hecho con las salesianas, y declaró que "en 99 años, nadie se acordó de hacer una declaración de patrimonio histórico", "habíamos logrado un acuerdo, que no generaba divisiones en la sociedad”. Sí genera divisiones en la sociedad señor Gardonio, porque, a pocos días de cumplirse 100 años de la primera huelga que inició las luchas de la “Patagonia rebelde” sigue habiendo un pueblo que no quiere que borren su historia.

 

26 de Octubre de 2020

 

PARTIDO SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES (PSTU)

 

[1] La Patagonia rebelde. Osvaldo Bayer

 

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