La
Noche de los Lápices: la lucha de ayer continúa hoy
Escrito por Juventud PSTU –
Argentina 15 de Setiembre de 2.014
Desaparecer por luchar, desaparecer por justicia, por educación, por
futuro; desaparecer en manos de la dictadura a los 16 años, desaparecer
por ser joven, por ser “peligroso”, por subversivo, por revolucionario,
desaparecer en los papeles y en el cuerpo.
La
junta desapareció a Claudias y María Claras, Gustavos y Pablos[1]. Por la noche
del 16 de setiembre de 1976, los grupos de tareas los sacaron a palos de sus
camas, amenazaron a sus viejos, y se los llevaron a Arana y luego al Pozo de
Banfield [centros clandestinos de detención].
Ya
son 38 años de ausencia e incertidumbre. Estos pibes dejaron los guardapolvos
colgados, listos para que los ocupemos quienes hoy levantamos sus banderas con
orgullo.
Son
38 años con Obediencia Debida y Punto Final[2], con indulto
menemista de por medio. Con tres décadas de supuesta democracia sólo 15%[3]de los
torturadores fue procesado y encarcelado, otros tantos fueron absueltos,
algunos murieron sin haber sido procesados, y a otros el gobierno “de los
derechos humanos” los colocó al mando de las Fuerzas Armadas, como a Milani.
Si
consideramos que en Argentina los Centros Clandestinos de Detención llegaron a
ser unos 600 en todo el país y los implicados en delitos de lesa humanidad son
cerca de 200.000, estamos hablando de que una minoría ínfima está pagando
por las atrocidades que se cometieron durante esos años; pareciera
que la justicia se hace a cuentagotas.
Más de 2.000
adolescentes desaparecieron,200 de ellos estudiantes secundarios,torturados con
picana eléctrica, arrojados al mar en los “vuelos de la muerte”[4]. No se
echaron atrás, no “cantaron”. ¿Eran peligrosos para el monstruo de la
dictadura?, sí; eran peligrosos por los ideales que perseguían,por la
militancia que llevaban al hombro.
Por eso los Falcon[5] llegaron
de noche como llegan los cobardes a actuar en la oscuridad y los
arrancaron de las asambleas y de las marchas por el boleto.
La
lucha continúa
En 2014 no tenemos
las “botas” al mando, pero tenemos toque de queda en Misiones [en el
noreste del país], Código de Faltas en Córdoba [centro del país], tenemos
LucianoArruga[6] en las
comisarías del Conurbano [bonaerense], tenemos a Mariano Ferreyra[7] y 32
jóvenes asesinados el 19 y 20 de diciembre del 2001[8].
Tuvimos Cromagnon[9] y masacre
de Once, Marita Verón[10] y
Walter Bulacio[11] y
tenemos detenidos por cortar la Panamericana[12]. Más de
3.700 muertes por gatillo fácil desde la caída del Proceso y un calendario
sin Julio[13] a partir
del 2006.
No tendremos más
Garaje Olimpo[14], ahora
la ESMA[15] es un
“ex” centro clandestino de detención, pero tenemos Ley
Antiterrorista, Proyecto X, a la policía adentro de las fábricas y
patovicas en las facultades. Están hablando de la Ley Antipiquetes para
cercenar la protesta social, se olvidan de que los trabajadores y los
estudiantes tenemos que ganar las calles para hacernos oír.
Habrán bajado el
cuadro de Videla [jefe del Ejército durante la dictadura], pero Milani
dirige el Ejército y Berni aterriza en los piquetes en helicóptero. Por lo
que luchaban los pibes de la Noche de los Lápices sigue
vigente porque no hay boleto ni educación, salud, trabajo; no hay futuro
garantizado para los trabajadores.
El
Gobierno Nacional pide a gritos que le dejen pagar la deuda externa,
y ni se atreve a nombrar a los 195[16]desaparecidos
en democracia.
Queda
muchísimo por esclarecer, hay 400 nietos que todavía no conocen su
verdadera identidad, pero no es la voluntad de quien gobierna colocar
sus fuerzas allí. Si hay 115 nietos recuperados, esto fue a causa de
la movilización popular, del trabajo gris y cotidiano de familias
enteras luchando contra los gobiernos, el Estado y sus brazos armados.
Para
el Gobierno y sus aliados seguimos siendo algo peligroso. Por eso el gatillo
fácil, la persecución y criminalización de la juventud siguen a la orden del
día. Es por esto que seguimos levantando la bandera de la lucha de los jóvenes
de aquel 16 de setiembre, el verdadero día del estudiante secundario.
Por
justicia y esclarecimiento. No más Claudia Falcone, Luciano Arruga y Mariano
Ferreyra. Su lucha sigue viva en nuestra lucha día a día.
Artículo
publicado en Avanzada Socialista n.° 75, 10 de setiembre de 2014.-
[1]Nombres de algunos de los jóvenes
desaparecidos el 16 de setiembre de 1976. Pablo Díaz fue el único
sobreviviente.
[2]La Ley de Obediencia Debida n.º 23.521
fue una disposición legal dictada en Argentina en 1987, durante el gobierno de
Alfonsín que estableció una presunción, que no admitía prueba
en contrario, de que los delitos cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas
cuyo grado estuviera por debajo de coronel durante el terrorismo de estado y la
dictadura militar no eran punibles, por haber actuado en virtud de la
denominada "obediencia debida" (concepto militar según el cual los
subordinados se limitan a obedecer las órdenes emanadas de sus superiores). La
Ley de Punto Final n.° 23.462, de 1986, estableció la prescripción de la acción
penal contra los imputados como autores penalmente responsables de haber
cometido el delito de desaparición forzada de personas (que incluía detenciones
ilegales, torturas y homicidios o asesinatos) que tuvieron lugar durante la
dictadura (1976-1983) [N. de E.].
[4]Los “vuelos de la muerte” es
una forma de exterminio practicada por regímenes dictatoriales que consiste en
arrojar desde pleno vuelo a personas hacia el mar. Fueron una práctica
constante de las últimas dictaduras militares en Argentina, en la época del
llamado Proceso de reorganización Nacional, cuando miles de argentinos fueron
arrojados vivos al mar desde aviones militares.
[5]El modelo Ford Falcon, por sus
condiciones, fue el automóvil que adoptó Policía Federal en la Argentina en los
años de 1960. Luego, casi por extensión, lo hicieron los grupos parapoliciales
y paramilitares que asolaron el país en la represión ilegal de los grupos guerrilleros
y durante la dictadura militar, por lo que se convirtió a lo largo de los años
en un símbolo del terror [N. de E.].
[6] Luciano Arruga se encuentra
desaparecido desde el 31 de enero de 2009, cuando
fue secuestrado por la policía bonaerense. Su desaparición fue una represalia
por haberse negado a robar para los oficiales [N. de E.].
[7] Mariano
Ferreyra, militante del Partido Obrero y dirigente de la Federación
Universitaria de Buenos Aires – FUBA, fue muerto de un disparo el 20 de octubre
de 2010, durante una manifestación de trabajadores tercerizados de la línea
Roca del ferrocarril que reclamaban su pase a planta permanente, por miembros
de la burocracia sindical con la connivencia de la policía, en un notorio
ejemplo de la represión tercerizada [N. de E.].
[8]Los días 19 y 20 de diciembre de 2001
se produjeron manifestaciones de cientos de miles de personas que protestaban
contra la política económica del Gobierno, lo que causó la caída del entonces
presidente De La Rúa, y a continuación se sucedieron cinco presidentes en
quince días. Durante los meses posteriores siguieron dándose manifestaciones,
protestas y “cacerolazos” [N. de E.].
[9] Cromagnon o Cromañón era el
nombre de una discoteca del barrio de Once en la Ciudad de Buenos Aires, que se
incendió el 30 de diciembre de 2004 durante una presentación de una banda de
rock y que dejó 194 muertos y al
menos 1.432 heridos, en lo que se considera una de las mayores tragedias del
país en los últimos años [N. de E.].
[10] Marita Verón, de sólo 23 años,
desapareció en 2002 en la provincia de Tucumán, en el Noroeste del país, y su
caso ha sido relacionado con la trata de blancas y la prostitución forzada de
personas [N. de E.].
[11] Walter Bulacio fue
un joven cuya muerte a manos de agentes de la Policía Federal Argentina se
convirtió en un caso emblemático de brutalidad policial, llegando a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos [N. de E.].
[12] Autopista que se extiende desde
Alaska hasta Buenos Aires, en Argentina y en la cual a menudo se producen
cortes de protesta [N. de E.].
[13] Jorge Julio López, albañil que en
1976 fue detenido ilegalmente y llevado a
distintos centros clandestinos de tortura durante la dictadura de Videla;
treinta años después era querellante en la causa contra los genocidas y sin
duda un testigo clave, ya que con sus declaraciones involucraba a por lo menos
62 militares y policías. Fue desaparecido por segunda vez, sin dejar rastros,
el 18 de setiembre de 2006 [N. de E.].
[14] Este centro clandestino de
detención funcionaba en un garaje en el barrio
Vélez Sarsfield de la Ciudad de Buenos Aires y tenía en la entrada un cartel
que decía "Bienvenido al Olimpo de los Dioses. Los
Centuriones". El centro sólo funcionó durante seis meses, entre agosto
de 1978 y enero de 1979, sin embargo allí fueron alojados 700 detenidos de los
cuales sobrevivieron sólo 50 [N. de E.].
[15] Escuela de Mecánica de la Armada
argentina, hoy convertida en un “espacio para la memoria” [N. de E.].
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