¿Quiénes somos?

El PSTU es un partido integrado por mujeres y hombres comprometidos con las transformaciones por un mundo más justo e igualitario, es decir un mundo SOCIALISTA.
Está compuesto principalmente por militantes que participan en sindicatos, movimientos estudiantiles, sociales y populares. Estamos convencidos de que la única manera de cambiar la realidad es mediante la movilizacion permanente de los trabajadores y los sectores populares a fin de terminar definitivamente con el sistema capitalista. De ahí que su estrategia es revolucionaria y no reformista.
Creemos que el socialismo no sólo es posible sino que es necesario por los principios, valores y fines superiores que enarbola.

Pero si somos revolucionarios ¿por qué queremos participar en las elecciones?

Si bien creemos que sólo la movilización de los trabajadores y la acción directa puede cambiar la realidad, pensamos que las elecciones son y están diseñadas para que nada cambie. No obstante, son una oportunidad para divulgar las ideas de nuestro partido y una herramienta importante para el apoyo de las luchas y la denuncia del sistema capitalista mismo.

jueves, 7 de agosto de 2014

País en remate: esto pasa por pagar

Pintada en Barrio Industrial _Comodoro Rivadavia Provincia de Chubut

País en remate: esto pasa por pagar
Avanzada Socialista No.72 Periodico del PSTU -LITCI

La Argentina de la década kirchnerista, según decían, era el país de los derechos humanos, del desendeudamiento, del constante crecimiento del PIB, de la recuperación económica. Hoy vamos barranca abajo. ¿Por qué?

Néstor Kirchner asumió la presidencia en 2003, luego de la cesación de pagos de la deuda externa (default) obligada por el levantamiento popular de 2001 y de la violenta devaluación del peso que redujo a un tercio el salario real de los trabajadores. Durante los años siguientes entraron al país miles de millones de dólares debido a la valorización internacional de las materias primas, en particular, por las buenas cosechas y precios favorables de los cereales.
Esas fueron las bases de la reactivación económica que logró bajar el desempleo, subir los salarios y una relativa estabilidad del país. Las reservas del Banco Central llegaron a 50.000 millones de dólares y había superávit fiscal y comercial.
Sin embargo, salvo algunas pocas renacionalizaciones como las AFJP, Aerolíneas o AySA (Agua y Saneamiento Urbano), los principales resortes de la economía continuaron en manos de bancos extranjeros y empresas multinacionales.

Se agravó la herencia de la dictadura y de Menem
La dictadura militar utilizó el terrorismo de estado para evitar todo tipo de resistencia e imponer una política de corrupción y sometimiento hacia los grandes grupos económicos, de la cual la deuda externa es un producto monstruoso.
En 1982, de la mano de una maniobra fraudulenta de Domingo Cavallo, entonces Secretario de Hacienda, el Estado se hizo cargo de las deudas externas de corporaciones privadas, mientras las empresas estatales estaban agobiadas y carentes de recursos.
Todos los gobiernos democráticos avalaron esa estafa de la dictadura y las corporaciones. Alfonsín reconoció los 45.000 millones que habían dejado los militares y renegoció vencimientos por 20.000 millones de dólares más.
Bajo el gobierno de Menem se realizaron las privatizaciones de las empresas públicas, como parte de un acuerdo con el FMI y los bancos para renegociar la deuda. Menem se fue, dejando 122.000 millones; De la Rúa, 145.000 millones.
El kirchnerismo desde el comienzo quiso salir del default. En 2005 y 2010 llegó a un acuerdo con el 92,3% de los tenedores de bonos. Los vencimientos de intereses de la deuda externa se retomaron en 2007.
En 2009 se pagaron 10.000 millones al FMI para “liquidar” la deuda y ser “independientes”. En total, según el propio Gobierno, han pagado cerca de 190.000 millones de dólares. A pesar de eso, lejos de disminuir, la deuda pública suma hoy más de 300.000 millones de dólares. Mientras tanto, se profundizó la privatización y extranjerización de la economía. 

Nos están sacando todo
Ahora los fondos buitre, avalados por el fallo del juez Griesa y la Corte Suprema de EEUU, van por Vaca Muerta. Según Ámbito Financiero del 28 de julio, el fondo buitre Elliot, propiedad de Paul Singer, presentó en los tribunales de California un pedido para que la justicia norteamericana avance en eventuales embargos contra YPF o su socio en Vaca Muerta, Chevron. Es justamente en ese estado donde la petrolera norteamericana tiene su sede. Si el juez Griesa decidiera liberar la alternativa de avanzar en embargos contra el país, el primer zarpazo sería contra la petrolera argentina y su socia de los Estados Unidos.
También los rusos y chinos compiten por la recolonización de Argentina. El presidente ruso Putin nos visitó hace poco en busca de buenos negocios. La Agencia Estatal de Energía Atómica de Rusia (Rosatom) pugna por ser elegida para la construcción de la cuarta central nuclear argentina, un negocio de 3.000 millones de dólares. Otro, de 2.000 millones de dólares es la construcción de la central hidroeléctrica Chihuido I, en Neuquén.
Putin también puso la mira en Vaca Muerta: el gigante estatal gasífero ruso Gazprom adquirió una participación en la explotación de la empresa alemana Winbtershall en Vaca Muerta.
El presidente chino Xi Jinping, estuvo en la Rosada[1] poco después. China firmó acuerdos para hacer préstamos e inversiones por 18.000 millones de dólares para el ramal [ferroviario] Belgrano Cargas, [la] construcción de represas hidroeléctricas en Santa Cruz: Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, alimentos y minería.
En nuestra vida cotidiana conocemos a gente que presta a quien no puede pagar: son los “prestamistas” que luego se quedan con todas las pertenencias del deudor. Como vemos, con la deuda externa pasa parecido: es un mecanismo de saqueo. Los bancos y empresas buitres yanquis, inglesas, rusas o chinas, nos “prestan” e “invierten” para mantenernos en situación de dependencia, seguir cobrando la deuda eternamente, y apropiarse de nuestras riquezas.

“Los locos del No Pago”
En los años ’80, el viejo MAS, miembro de la LIT en Argentina y antecesor del PSTU, denunciaba la deuda externa como uno de los más graves problemas de la Argentina. Por eso nos llamaban “Los locos del No Pago”. 
Nuestros compañeros de trabajo y estudio nos respetaban mucho como luchadores pero dudaban sobre nuestra posición de no pagar la deuda externa:“si no pagamos nos van a embargar, nos van a sacar los aviones, los trenes, el petróleo, las tierras”, nos decían.
La realidad hoy muestra que, al contrario de lo que pensaba la mayoría en aquellos años, cuanto más pagamos, más debemos, más nos saquean y más se hunde el país. No solo perdimos miles de millones que fueron sacados del bolsillo de los trabajadores y el pueblo; también se llevaron YPF y el petróleo, los trenes y miles de kilómetros de vías, los minerales, extensos territorios con los mejores suelos, todo en manos privadas y de multinacionales que usaron la deuda para robarnos.
La demostración vale para toda América Latina. La salida también es la misma: hay que cambiar este sistema capitalista-imperialista que se lleva todo en beneficio de unos pocos. Los trabajadores tenemos que tomar en nuestras manos la tarea de pelear por no pagar más la deuda externa, en el camino de lograr la Segunda y Definitiva Independencia y conquistar el socialismo.

Cifras de la extranjerización de la economía
Según el INDEC[2] (2009) los dos tercios de las 500 empresas más grandes son extranjeras (Clarín 16/1/2011).
Monsanto (EEUU) es la principal productora de agroquímicos del país.
Las automotrices instaladas en el país son transnacionales: General Motors, Renault, Peugeot-Citroen, Volkswagen, Toyota, Ford, Fiat, Mercedes Benz, Iveco, Honda y Scania.
En 2006 la participación de transnacionales en el total de la producción minera era de 100% (Informe World Investment Report de la UNCTAD de 2007, Clarín, 13/1/2008). Lideran el ranking la Barrick Gold (Canadá) y La Alumbrera (Suiza-Canadá).
El principal terrateniente del país es Benetton (Italia) propietario de 900.000 hectáreas.
La exportación de soja se concentra en siete multinacionales que manejan 79% del negocio: Cargill (EEUU), Noble Grain (China), A.D.M (EEUU), Bunge (EEUU), Dreyfus (Francia), Toepfer (Alemania), Nidera (China).
El 90% del comercio exterior lo dominan empresas extranjeras. En 1993, el porcentaje era de 60% (Evolución de la Inversión Extranjera Directa, Juan Pablo Calvo Vismara, 2008, UNMP).
El 83% del negocio petrolero continúa en manos de multinacionales: Chevron, Petrobras, Total, PAE, entre otras.
Brasil tiene 42% en cemento, 40% en calzados y en bebidas, 38% en alimentos, 30% en siderurgia y carne y 25% en textil.
En el período 2003-2009 las grandes empresas se financiaron principalmente con subsidios del Estado, que crecieron 345%.


[1] La Rosada es el nombre con el que se designa la Casa de Gobierno, y el calificativo tiene que ver con el color de su pintura [N. de E.].
[2] Instituto Nacional de Estadística y Censos.


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