Casi 3.000 petroleros en asamblea en Cañadón Seco, a 10 kms. de Caleta Olivia, ratificaron el paro por tiempo indefinido, hasta lograr que el Ministerio de Trabajo y la Federación Nacional de petroleros convoquen elecciones para normalizar el gremio.
Los trabajadores están cortando el acceso a los yacimientos, mantienen tomada la planta de Punta Loyola, cercana a Río Gallegos y amenazan afectar la producción petrolera. Están desafiando al gobierno provincial y a las multinacionales, aun cuando el gobierno se ha empeñado en reprimir salvajemente las luchas y procesar y encarcelar a los luchadores. Es que tanto Peralta como el gobierno nacional tienen un mandato directo de las grandes operadoras de hidrocarburos: terminar con la conflictividad obrera. Y están utilizando todos los votos conseguidos para endurecerse contra los trabajadores.
La dureza que utilizaron contra los maestros de ADOSAC, con las tomas de Las Heras, y ahora contra el conjunto de los petroleros, es parte de una misma política, concebida en las casas centrales de las operadoras petroleras.
Una larga lucha
Hace 4 meses, cinco mil trabajadores en asamblea echaron al Secretario General, Héctor “Chaco” Segovia. Pretendían recuperar el gremio petrolero para luchar por sus reivindicaciones. La Federación Petrolera, dirigida por el dirigente Alberto Roberti –ligado a De Narváez- intervino la Seccional Santa Cruz, en acuerdo con el gobierno kirchnerista de Peralta.
Después de todo este tiempo, no se ha avanzado nada en la solución de los problemas de los trabajadores. Pero no echaron a Segovia para que nuevos burócratas se adueñen del gremio. Lo querían para luchar. Frente a la parálisis del sindicato, más de 100 delegados de Cañadón Seco, Pico Truncado, Río Gallegos, Punta Loyola y otras zonas, se reunieron y resolvieron el paro y la toma con piquetes de ruta.
Desde el gobierno y las empresas han intentado deformar los hechos, pintando la pelea como un conflicto entre sectores burocráticos: Segovia contra Roberti. No es así. Más allá de las peleas entre ellos, esto es otra cosa. Es la misma lucha por recuperar el sindicato, que llevó a los petroleros a sacarse de encima a uno primero y al otro después. Y todo indica que no frenarán hasta lograrlo.
La demostración es que tanto Roberti como Segovia, se han manifestado contra el paro. Represión Igual que con los docentes y los petroleros de Las Heras, el gobierno cumplió con el mandato de las multinacionales. Mandó a reprimir, desalojó la toma de Cañadón Seco, y siguió reprimiendo a los petroleros en la ruta.
La respuesta de los petroleros no se hizo esperar, y se inició un tiroteo en la ruta entre policía y obreros. Vueltos a reunir los compañeros en Caleta Olivia, frente al Gorosito, monumento en homenaje al obrero petrolero, se cruzaron con Fernando Cotillo, intendente local y candidato a vicegobernador para las elecciones de octubre. Lo recriminaron y ante las provocaciones lo enfrentaron, reconociendo en él a uno de los principales responsables de los ataques a los trabajadores y agente político de las multinacionales petroleras.
De inmediato, todas las fuerzas políticas patronales, los medios de difusión y fuerzas vivas, y los distintos sectores sindicales burocráticos, repudiaron el ataque. No la represión a los trabajadores, ni los tiros ni los palos. Solo la golpiza a Cotillo. Es que solo condenan la violencia cuando la liga uno de ellos.
Las Heras
De toda la provincia, solo los petroleros de Las Heras están fuera del conflicto. La explicación puede encontrarse en que vienen de una represión salvaje hace poco tiempo. Pero también en que, lamentablemente, Víctor Oñate y sus allegados han llamado a sus representados a no parar. No sabemos las razones, pero en cualquier forma nos parece equivocado. Porque debilitan la lucha petrolera de conjunto y la de Las Heras, en primer lugar. Y en segundo lugar, porque debilitan el propio reclamo por la libertad.
Solidaridad con los petroleros en lucha
La recuperación del sindicato, como un paso para la lucha de sus reivindicaciones, es una tarea de los trabajadores. Sin embargo, se vincula con la defensa de la fuente de trabajo, y de las propias reservas petroleras, amenazadas por la voracidad de la explotación privada capitalista, cuyo único objetivo es la ganancia. Es, por eso, una pelea de todo el pueblo patagónico en defensa de su principal recurso, y de todo el pueblo argentino por preservar su soberanía energética, hoy bajo amenaza.
En ese sentido, está en juego una parte del futuro de nuestro país. Llamamos a todos los trabajadores a tomar en sus manos el apoyo a los petroleros. La CGT y la CTA deben llamar medidas nacionales en solidaridad. Y todos los gremios de la Patagonia a declarar ya mismo el plan de lucha para que los petroleros triunfen.
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