¿Quiénes somos?

El PSTU es un partido integrado por mujeres y hombres comprometidos con las transformaciones por un mundo más justo e igualitario, es decir un mundo SOCIALISTA.
Está compuesto principalmente por militantes que participan en sindicatos, movimientos estudiantiles, sociales y populares. Estamos convencidos de que la única manera de cambiar la realidad es mediante la movilizacion permanente de los trabajadores y los sectores populares a fin de terminar definitivamente con el sistema capitalista. De ahí que su estrategia es revolucionaria y no reformista.
Creemos que el socialismo no sólo es posible sino que es necesario por los principios, valores y fines superiores que enarbola.

Pero si somos revolucionarios ¿por qué queremos participar en las elecciones?

Si bien creemos que sólo la movilización de los trabajadores y la acción directa puede cambiar la realidad, pensamos que las elecciones son y están diseñadas para que nada cambie. No obstante, son una oportunidad para divulgar las ideas de nuestro partido y una herramienta importante para el apoyo de las luchas y la denuncia del sistema capitalista mismo.

lunes, 7 de julio de 2014

DEUDA EXTERNA : NI UN SOLO PESO A LOS BUITRES




DEUDA EXTERNA :¡ NI UN SOLO PESO A LOS BUITRES ¡¡
Jueves 19 de Junio de 2014
El reciente fallo de la Corte Suprema de EEUU, avalando lo anteriormente resuelto por el juez Griesa, dictaminó que el Gobierno argentino deberá pagar todo lo que reclamaban los fondos buitres (Holdouts) que no había ingresado al anterior canje de bonos. El fallo es un nuevo salto en la política de saqueo del imperialismo, utilizando como principal mecanismo la fraudulenta deuda externa, y sometiendo a la Argentina a la justicia yanqui. Al mismo tiempo, la apertura de una “negociación” con estos fondos buitres, como anuncia el Gobierno apoyado por toda la oposición patronal, es otro profundo avance en la política de entrega.

En los próximos días el Gobierno debería pagar en efectivo 1.300 millones de dólares, monto reclamado por estos fondos buitres, y al mismo tiempo contraer una nueva deuda por el monto total que los acreedores que no entraron en el canje (los llamados holdouts) reclaman, de alrededor de 15.000 millones. El mismo fallo abre la puerta a que los dueños del 93 por ciento restante de la deuda argentina, que sí habían aceptado el canje de deuda por bonos, puedan reclamar para ellos los mismos beneficios que los “buitres”, apoyándose en la cláusula del “acreedor más favorecido” introducida por Néstor Kirchner en el primer canje de deuda. La posibilidad de que el país caiga en default (que no tenga para hacer efectivo el pago) preocupa al mismo FMI, que teme un descalabro con consecuencias internacionales.

A esta altura, usted se estará preguntando: ¿quién va a pagar esta cuenta? La respuesta, lamentablemente, no es distinta a lo que viene sucediendo desde hace años con este saqueo de la deuda externa: la pagaremos los trabajadores y sectores populares con más rebaja salarial, más tarifazos e inflación, más despidos y suspensiones, más impuesto al salario, más recortes en educación y salud públicas.

¿El gobierno y la oposición patronal enfrentan a los buitres?

Ante el escandaloso fallo el Gobierno intenta, como siempre, mostrarse como defensor de nuestra soberanía, y en unidad con toda la oposición patronal busca una nueva “negociación” con los buitres. Hasta los muchachos de “La Cámpora”[1] desempolvaron sus caretas antiimperialistas (tal vez las mismas que usaban cuando anunciaban una YPF 100% argentina…) y salieron a empapelar de afiches intentando mostrar como que resisten el saqueo. Pero cada vez engañan menos. La necesidad del Gobierno de Cristina de utilizar el doble discurso en verdad responde a la desesperación de enmascarar que su política de sometimiento al imperialismo y al Fondo Monetario Internacional solo trae más y más exigencias de pago.

Lo que el Gobierno y la oposición se esfuerzan por esconder es que la historia con los llamados “fondos buitres” no es nueva. Ya en 2005 y en 2010 el gobierno había reestructurado la deuda incluyendo a la mayor parte de estos acreedores (casi 93%), otorgándoles enormes ventajas. El problema es que estos buitres no tienen límite a la hora de saquear.

El Gobierno argentino, con apoyo de la oposición, hizo todos los deberes. Así, indemnizó a Repsol por casi 10. 000 millones, luego entregó el yacimiento [de petróleo y gas] de Vaca Muerta a la yanqui Chevron. Pero los buitres pedían más. Entonces, impulsó la Nueva Ley Petrolera para seguir favoreciendo el saqueo, aun a costa de la destrucción de nuestro territorio con el fracking.

El “Fondo” pedía más y más. Se comprometió el pago al Club de París hasta el último pesito que reclamaban, incluyendo la deuda de la dictadura militar, para seguir haciendo buena letra.

Este Gobierno que se dice “nacional y popular” pegó un salto en el sometimiento político aceptando que quien decida qué, cómo y cuándo debemos pagar sea ¡un tribunal de EEUU! Pero la usura de la deuda externa, las ansias de saqueo del imperialismo y sus multinacionales y sus intentos de colonización no tienen límites.

La estafa de la deuda externa

La famosa “deuda externa” que los distintos gobiernos, este y los anteriores, siempre “honraron”, no es otra cosa que un mecanismo de usura y la herramienta fundamental que utiliza el imperialismo para llevar adelante un saqueo sin fin. Por eso mismo, la deuda externa es impagable. Una deuda de origen ilegal, sin registro de ningún tipo, con una parte importante de su origen en deuda privada (es decir, de grandes empresas como Techint) de la cual se hizo cargo el Estado, y con intereses usurarios. Así es que cada vez pagamos más, pero la deuda sigue aumentando.

Todos los gobiernos y los políticos patronales siempre han intentado hacernos creer que no quedaba otro remedio que seguir pagando. Que si no pagábamos no habría inversiones, que estaríamos aislados, que la situación empeoraría, y hasta planteando como un problema moral de que “las deudas hay que pagarlas” apelando a la honestidad de los trabajadores y el pueblo. Pero lo cierto es que las consecuencias de seguir pagando son en perjuicio de las condiciones de vida de los trabajadores y los que menos tienen.

Las famosas “inversiones” son para las multinacionales que explotan y saquean nuestras riquezas, que la “inclusión” es el avance en la colonización económica y política de nuestro país y que, la verdadera inmoralidad es pretender seguir saqueándonos con una deuda usuraria, ilegal, ilegítima y fraudulenta.

La única salida empieza por el NO PAGO

Al contrario de lo que siempre nos han querido inculcar los mismos saqueadores y sus gobiernos serviles, hay otra salida en beneficio de los trabajadores y sectores populares. Esa salida comienza por dejar de pagar la estafa de la deuda, no enviarles un solo peso más a los buitres y destinar esos miles de millones a poner en funcionamiento nuestra economía a favor de los trabajadores, poner ese dinero al servicio de mejorar la educación y la salud o de llevar adelante las obras e inversiones de fondo para aprovechar nuestros recursos.

¡Impulsemos una gran movilización contra los buitres y por el NO pago de la deuda externa!

La pelea contra los buitres y contra el saqueo de la deuda externa es parte fundamental de las luchas que venimos llevando los trabajadores y el pueblo en defensa de nuestros derechos. Por eso es decisivo que impulsemos la más amplia movilización,un verdadero movimiento de lucha que imponga que ni un solo peso más salga para los “fondos buitres” beneficiados por el fallo de Griesa, pero tampoco para ninguno de los demás “buitres” de la deuda externa.

Los diputados electos del Frente deIzquierda y de los Trabajadores [FIT] deben ponerse de inmediato al frente de esta convocatoria, llamando a una reunión al conjunto de los sectores que se reivindican antiimperialistas, a las organizaciones que se han pronunciado por el no pago de la deuda externa, a poner en pie un gran movimiento por el NO pago.

El FIT puede y debe postularse como una alternativa en esta lucha para los miles y miles de trabajadores y jóvenes que durante todo este tiempo siguieron ilusionados con el kirchnerismo creyendo que desde allí enfrentarían el saqueo y al imperialismo, y hoy ven cómo la política de “pagadores seriales” de Cristina solo lleva a más entrega y dependencia.

La condición de responder a este desafío será evitar las maniobras de caer en “componendas” parlamentarias o del régimen de democracia para ricos. El movimiento que debemos impulsar no puede tener como objetivo exigir “consultas” o “referéndums” sino imponer la ruptura con los saqueadores y el no pago.

También debemos imponerle a las CTA y CGT que rompan su silencio cómplice con el Gobierno y los opositores patronales y convoquen a movilizarse por el No pago a los buitres y contra este salto en el sometimiento del país.

La lucha contra el saqueo de la deuda no es solo una lucha de nuestro país, es la misma pelea del conjunto de los trabajadores en nuestro continente y el mundo. El movimiento por el NO pago debe ser dirigido también al conjunto de los pueblos latinoamericanos para sumar fuerzas en la resistencia al saqueo imperialista imponiendo a los gobiernos que rompan sus acuerdos de sometimiento.

Desde el PSTU y la LIT-CI nos comprometemos a llevar adelante con todas nuestras fuerzas esta pelea en cada uno de los lugares donde estamos, tanto en Argentina como en los demás países, para terminar con el saqueo imperialista y conquistar la Segunda Independencia.

Números de una estafa*

> Deuda a 2003: 145.000 millones de dólares.
> Pagos hechos por el kirchnerismo en los últimos diez años: más de 140.000 millones de dólares.
> Deuda actual: 210.000 millones de dólares (incluyendo compromisos con los fondos buitres y el Club de París).

* Los datos son del propio Gobierno. Según otras fuentes, la deuda pública incluida la de las provincias y también los nuevos compromisos, por ejemplo, los 10.000 millones de dólares entregados en bonos a Repsol, llega a 300.000 millones de dólares.

Artículo publicado en Avanzada Socialista N.° 69, 18 de junio de 2014.-



[1] Agrupación peronista, hoy principal componente del gobierno de Cristina Kirchner.


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