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Está compuesto principalmente por militantes que participan en sindicatos, movimientos estudiantiles, sociales y populares. Estamos convencidos de que la única manera de cambiar la realidad es mediante la movilizacion permanente de los trabajadores y los sectores populares a fin de terminar definitivamente con el sistema capitalista. De ahí que su estrategia es revolucionaria y no reformista.
Creemos que el socialismo no sólo es posible sino que es necesario por los principios, valores y fines superiores que enarbola.

Pero si somos revolucionarios ¿por qué queremos participar en las elecciones?

Si bien creemos que sólo la movilización de los trabajadores y la acción directa puede cambiar la realidad, pensamos que las elecciones son y están diseñadas para que nada cambie. No obstante, son una oportunidad para divulgar las ideas de nuestro partido y una herramienta importante para el apoyo de las luchas y la denuncia del sistema capitalista mismo.

lunes, 21 de julio de 2014

BUITRES :Una historia de estafa y corrupcion

Buitres: una historia de estafa y corrupciónPDFImprimirCorreo electrónico
ARGENTINA
Escrito por Nazarena Luna - Juventud PSTU   
Sábado 19 de Julio de 2014 19:44
Para que tengas una idea, el tema de la deuda viene de larga data: comenzó en el ’76 bajo la última dictadura militar, quien contrajo préstamos a gran escala, y continuó creciendo durante los gobiernos que le sucedieron. 
Un dato interesante es que el conocido Domingo Cavallo aprovechó su gestión como presidente del Banco Central de la República para estatizar deuda de ¡empresas privadas! Luego, en 2005, Néstor Kirchner, por entonces presidente, y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, negociaron la reestructuración de 93% de los bonos que tenían diferentes especuladores: los fondos buitre. Ahora, los holdouts [los poseedores del otro 7% de los bonos], de la mano del fallo del juez Griesa, le exigen el pago del resto de los bonos pero a un valor altísimo y bajo ley yanqui,un favor que “él”[1][Kirchner] les hizo en el momento de la reestructuración, olvidándose que la “soberanía”había sido un pilar de su discurso.

Así fue cómo –bajo la corrupción y el fraude– la deuda fue creciendo y nos dejó atados a los deseos del imperialismo. De hecho, aún hasta hoy no se sabe en qué se utilizó ese dinero, porque nunca llegó a las empresas de servicios del Estado ni se usó en obras de infraestructura, viviendas, salarios o generación de puestos de trabajo.

Para decirlo sencillamente, ese dinero que el pueblo no pidió y nunca llegó a sus manos, hoy lo “tenemos que pagar” (según el gobierno, claro).

Si “las deudas se pagan”… ¡los fraudes no!

Esta deuda ha sido declarada como "fraudulenta e ilícita" por el juez argentino Jorge Ballesteros, en el año 2000, ante la denuncia presentada por el periodista Alejandro Olmos. El fallo explica que la deuda no tienen ningún justificativo, que no hay registros contables sobre la misma, que no se sabe ni siquiera su monto exacto porque está regulada por entes externos, entre otras escandalosas conclusiones.

La deuda externa, algo que los mandatarios siempre presentan como “sagrada” o inmodificable, algo “que está y que hay que pagar porque las deudas se pagan” es en realidad un gran fraude a los trabajadores del país, es una entrega colosal del dinero y los recursos de los argentinos, y que ha sido hecha desde un principio por gobiernos corruptos y que velan por los beneficios de los empresarios, de la clase pudiente, que son los únicos que se han beneficiado con ella; de hecho, hoy, 35% de los “tenedores de deuda” son empresarios argentinos.

Nacemos debiendo, morimos debiendo

No es para que entres en pánico, pero si el Estado argentino debe aproximadamente 210.000 millones de dólares en concepto de deuda externa, lo que significa es que cada uno de nosotros “debe” más de 5.000 dólares. Pero, si sumamos las deudas de las provincias, llegamos a unos 300.000 millones, por lo tanto, vos, yo, tus compañeros de escuela, de trabajo, el “pibe”[2] del peaje, el repositor[3] del supermercado, los cartoneros[4], e incluso los que aún no nacieron, todos “debemos” 7 lucas verdes[5] por cabeza, al día de hoy, ¿qué tal? ¿vos los pediste o los recibiste?

Si vemos el estado de las escuelas públicas y de los hospitales que se caen a pedazos, de las calles, la falta de viviendas, los despidos que van en aumento y la inflación que corroe nuestros bolsillos, estos números no pueden más que generar una bronca enorme. Además, es una locura pensar en cómo hay decenas de empresas que cierran o mudan su producción dejando a cientos de familias en la calle, como Gestamp [fábrica de piezas y accesorios de vehículos automotores], Paty [fábrica de hamburguesas], Lear [multinacional de autopartes], Emfer [fábrica de trenes] y Tatsa [fábrica de carrocerías y chasis de ómnibus y camiones], y el gobierno de Cristina sale a reprimir cuando los trabajadores se organizan, pero con la otra mano negocia con los buitres seguir pagando.

Nosotros, los jóvenes trabajadores y estudiantes vemos las consecuencias de la deuda todos los días. Se nota en la falta de laburo[6], en los trabajos precarios y subcontratados a los que lamentablemente estamos acostumbrados.

Lo que sucede es que todas las arcas del Estado, esté el gobierno que esté, siempre van a parar a las manos de los especuladores financieros, el FMI, el Banco Mundial o el Clubde París. Es por ello que se permite que las empresas nos sometan a ritmos altísimos de laburo por dos mangos[7], para que produzcamos más en menos tiempo y así generar enormes ganancias para las multinacionales.

Quizás parezca mentira, pero el que no te puedas ir a vivir solo, comprarte un auto, empezar a planear tener tu casa, continuar una carrera, que no tengas un laburo fijo, mientras “debés” 7.000 dólares desde que nacés, tiene que ver con la deuda, es consecuenciade ello. [La deuda] es un mecanismo con el que el imperialismo nos somete y nos deja atados a su porvenir. A través del FMI, o los fondos buitre, es como si nos diera préstamos pero a cambio de que nosotros cambiemos de escuela, de laburo, debamos hablar con ciertas personasy siempre rendirle cuentas a ellos.

La deuda, a los más jóvenes, nos está dejando sin esperanzas, sin futuro, porque no podemos acceder ni siquiera a la educación pública por causa de ello. De hecho, la Ley de Educación Superior, por ejemplo, está directamente escrita por el Banco Mundial, quien exigió su aplicación en nuestro país, luego de entregar préstamos millonarios al gobierno menemista [Carlos Menem, 1989-1999], y que hoy, luego de 11 años de mandato, el kirchnerismo sigue aplicando y profundizando. A esto se suma que del PIB total, sólo 6% es destinado a educación, mientras que 13% se va directamente al pago de la deuda. Ahí quedan demostrados cuáles son los intereses del actual gobierno: quedar bien con los buitres, [y] dejar a los“pibes” con escuelas que se caen a pedazos.

Entonces, si el pueblo no se endeudó, no pidió esa plata y tampoco la recibió: ¿por qué tenemos que pagar?, si los especuladores, los gobiernos corruptos y los empresarios se la “llevaron en pala”[8], ¿por qué tenemos que pagar los trabajadores?¿Cómo hacemos los jóvenes que vemos cómo nos roban el futuro todos los días con la falta de educación en condiciones y con trabajos precarios o sin laburo, para terminar con este robo?

¡Ni un peso a los buitres! ¡Que corra la voz!

Necesitamos organizarnos para que se sepa el origen de esta estafa en todos lados: hacer pintadas, hablar con todos los que conocemos, desde los centros de estudiantes y las comisiones internas [comités sindicales por empresa] hasta las asambleas barriales; otra no queda.

Tenemos que exigirles a las CGT [Confederación General del Trabajo] y a las CTA [Central de Trabajadores de la Argentina], que han demostrado que cuando quieren pueden parar el país, como el 10 de abril pasado, que impulsen una campaña por “¡Ni un peso a los buitres! ¡Plata para trabajo, salud y educación!”, que se dejen de “transar”[9] con el Gobierno y los patrones para sostener sus negocios y se pongan a defender a los trabajadores. La batalla con los buitres la debemos comenzar nosotros, podemos ponerle fin a esta estafa que parece de nunca acabar.

Para eso, los jóvenes trabajadores y estudiantes, además, necesitamos que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, al que votamos un millón y medio de personas, convoque a todos esos trabajadores, a los estudiantes, a los desocupados, a luchar por una gran campaña por el No Pago, con todos los que estén de acuerdo con no entregarles un peso a los buitres de la deuda. Para dejar de pagar un fraude creado por especuladores y empresarios que quieren vivir a costa nuestro.

Para que ese dinero se invierta en lo que los trabajadores necesitamos, en puestos de trabajo, en reactivar la industria, educación, salud, vivienda, para que tengamos el derecho de decidir sobre nuestro futuro.
¿Qué son los fondos buitre?

Son especuladores o grupos de especuladores financieros que compran títulos de deuda de Estados o empresas en quiebra a un valor muy bajo y luego cobran esos bonos a 100% de su valor, o más. Kicillof [actual ministro de Economía del gobierno de Cristina Kirchner] declaró que varios de ellos ya cobraron bonos a 300% y aún pretenden cobrarlos a 1.000% (¡aun así, el Gobierno quiere que les sigamos pagando!).

¿Y los holdouts?

Un fondo buitre que se mantiene por fuera de una negociación de reestructuración por no aceptar la oferta que le hace el Estado. Es decir, para luego poder negociar un valor más alto para los bonos. Gracias a “Él” (Néstor Kirchner) si un fondo buitre consigue, digamos, un “buen trato” con el Estado argentino, todos los demás pueden exigir el mismo trato beneficioso; ¡gran negocio!

Artículo publicado en Avanzada Socialista n.° 71, 16 de julio de 2014.-


[1] Expresión con la que Cristina Kirchner nombra a su fallecido esposo y ex presidente del país, Néstor Kirchner [N. de E.].
[2] Designación común para niños y jóvenes [N. de E.].
[3] Empleado que se encarga de reponer las mercaderías que faltan en las góndolas de los supermercados y de remarcar los precios de los productos [N. de E.].
[4] Se designa con este nombre a las personas cuyo oficio es recolectar cartón, papel y otros residuos urbanos por las calles de las ciudades, los que luego se utilizarán para reciclaje. Los cartoneros trabajan sin salario y su modesta retribución es producto de la venta de los materiales que recogen [N. de E.].
[5] Expresión popular que designa miles de dólares [N. de E.].
[6] Palabra de la jerga o lunfardo porteño con que se designa o reemplaza a la palabra trabajo [N. de E.].
[7] Expresión popular que significa tener un trabajo por el cual se reciben muy pocos pesos, es decir, se gana muy poco [N. de E.].
[8] Expresión que se refiere a quienes sin esfuerzo alguno, por medios lícitos o ilícitos, o a costa de los trabajadores, ganaron mucho dinero fácil. Se aplica en general a gobernantes o empresarios, e incluso al imperialismo [N. de E.].
[9] Palabra que se aplica en el sentido de negociar [N. de E.].

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